sábado, 17 de noviembre de 2012

Say you, say me...

Cuando un hombre ama a una mujer no puede mantener su mente en nada más, él cambiará al mundo entero por lo que ha encontrado en ella, aunque ella sea mala él no puede verlo, la considera incapaz de hacer nada malo e incluso dará la espalda a su mejor amigo si le hace un desaire. 

Cuando un hombre ama a una mujer gastará hasta el último centavo tratando de no perderla, renunciaría a todas sus comodidades, dormiría bajo la lluvia, si ella le dijera que así tiene que ser. 

Te dí todo lo que tenía tratando de no perder tu amor, nena por favor, no me trates mal...
Cuando un hombre ama a una mujer hasta el fondo de su alma, ella puede traerle tal miseria si lo trata como a un tonto cuando es el último en enterarse porque amándola así, sus ojos no pueden ver.

Cuando un hombre ama a una mujer sé exactamente como se siente, porque nena, tú eres mi mundo.
Sólo soy un Romeo que enfermo de amor canta una serenata callejera mojando su cara con lluvia nocturna, deprimiendo a todo el mundo con su canción de amor, encuentra una farola apropiada, sale de las sombras y dice algo así como "¿Qué hay de nosotros nena?".

Julieta dice "¡Ah, es Romeo!" casi me matas del susto, él bajo la ventana, ella canta, mi chico a vuelto, no deberías venir por aquí, despertando a la gente con tus canciones, de todos modos, qué le vamos hacer.

Julieta, los dados estaban trucados desde el principio, y aposté por tí y estallaste en mi corazón, y olvidé, olvidé...la canción de la película. ¿Cuando te vas a dar cuenta que simplemente no era el mejor momento Julieta?

Van por distintas calles, calles de vergüenza, ambas sucias, ambas vulgares, y el sueño era el mismo. Y soñé tu sueño por ti, y ahora tu sueño es real, ¿Cómo me puedes mirar como si yo fuera uno más de tus líos? 

Puedes ceder por cadenas de plata, puedes ceder por cadenas de oro, puedes enamorarte de atractivos desconocidos y de sus promesas. Tú me lo prometiste todo, me prometiste el oro y el moto, y ahora sólo sueltas ¿Romeo? ah sí, tuve una historia con él.

Julieta, cuando hacíamos el amor solías llorar, te decía te quiero como a las estrellas del firmamento, Te querré hasta la muerte. Hay un lugar para nosotros, ya conoces la canción ¿Cuando te vas a dar cuenta de que no era el momento apropiado Julieta?

No sé hablar como lo hacen en la tele, y no sé hacer una canción de amor como se debería hacer, no lo puedo hacer todo pero haría cualquier cosa por tí, no puedo hacer nada excepto estar enamorado de tí. 

Todo lo que hago es extrañarte y la forma como estábamos juntos, todo lo que hago es mantener el latido y las malas compañías, todo lo que hago es besarte a través de los versos de un poema. Julieta haría las estrellas contigo en cualquier momento. 


lunes, 28 de mayo de 2012

Adicto

¿Alguna vez has sentido miedo de convertirte en un drogadicto? ¿En alcohólico? ¿En adicto al juego? ¿A los medicamentos? Miedo de no poder parar, de no saber separar la realidad de tu mente de lo que pasa por las cabezas del resto del mundo. Miedo de ser un ser dependiente no de otra persona, sino de una acción mucho más pequeña que tú. Algo que te domina y hace que te comportes como esa cosa quiere, que no seas capaz de decir no, de superar los instintos animales y ser una persona racional que sepa que no lo debe hacer. Mientras somos conscientes y estamos despiertos parece que somos capaces de dominar y controlar todo, cuando se hace de noche comienza el miedo a lo desconocido, a la oscuridad, pero ese miedo se incrementa cuando dormimos, y entramos en otro mundo en el que no somos dueños de nuestros actos, pase lo que pase no será voluntario y podemos sacar ahí nuestras más hondas pasiones, miedos, frustraciones, problemas y deseos, pero no es nuestra culpa nada de lo que pase. Es el momento de liberación más profunda en el que podemos vivir en la piel de otra persona, en la vida de otro, hacer lo que queramos sin dar cuentas de nada, y sin ser responsables de lo que nuestras acciones provoquen. Pero ese mundo paralelo tiene parte negativa, no somos dueños de nada con lo que podemos padecer como la más pequeña bacteria, las consecuencias de no dominar nuestra vida. Ese miedo es el que produce pensar que un día no seas capaz de dominar tus impulsos, de controlar tu vida, y te vuelvas un ser dependiente y sistemático que necesite un engrase para poder seguir adelante. Podemos ser fuertes, y personales para saber decir que no, ese no es el problema, la cuestión es no ser capaz de salir de ese sí que se dijo una vez, incluso sin darte cuenta, sin tener que decir un sí evidente que un día puede hacer que te des cuenta que lo dijiste, sino ir tan poco a poco que no puedas darte cuenta. Miedo de ser dependiente, de no poder salir, de aferrarte a algo tan malo para poder vivir cosas peores. Miedo de hundirte tu mismo la vida por una debilidad no momentánea, sino perenne.